Lo femenino puede variar según la cultura, la época y las circunstancias de cada un@. Además, la idea de la feminidad ha sido criticada por restringir la libertad al imponer roles y estereotipos limitantes.
Nos educan desde pequeñ@s a cómo tenemos que vestirnos, actuar, pensar, comportarnos, movernos, según nuestro género. Nos dicen, directa o indirectamente, a qué nos podemos dedicar, qué hemos de hacer en la vida y, sobre todo, dónde están nuestras limitaciones.

A través del reconocimiento del Arte que vive en nosotros podemos despertar los súper poderes que todos tenemos. Desde la literatura hasta la música, pasando por la pintura, el cine o el teatro, las mujeres han dejado su huella. A menudo, han tenido que enfrentarse a obstáculos y prejuicios para poder expresarse y hacerse oír, pero su perseverancia y talento han hecho posible que sus obras y creaciones hayan trascendido el tiempo y el espacio.
Esa fuerza y valentía crece aún más a los pies del Rukapillán, donde la conexión mágica con las tierras que pisamos nos inspira a soñar.
Mi Arte personal despertó gracias al Centro Cultural Amar Amar, fundado y sostenido por mujeres que aman lo que hacen y se atreven a ser únicas. Desde ahí abrimos espacios para crear redes de integración a través de la Red del Corazón, que convoca a las artes y oficios desde el AMOR por lo que hacemos.
Como Mujer estoy muy orgullosa y agradecida de estar en este camino que ilumina nuestros talentos individuales donde el Arte es la llave para vivir La Propia Libertad.