El Pádel se ha convertido en un verdadero fenómeno social y deportivo, incorporando a todo tipo de personas, las que independiente a su experiencia deportiva buscan mejorar su rendimiento a través de clases, entrenamientos, jugar con amigos y participar en campeonatos, principalmente.
Este atractivo contexto ha ido generando afortunadamente, un ambiente ideal para que surja la motivación por conseguir logros y desempeños deportivos superiores, los que para que sean consistentes en el tiempo, deberían estar acompañados de acciones relacionadas al desarrollo y crecimiento personal, tales como la autosuperación, la disciplina, el trabajo en equipo, la perseverancia y fundamentalmente, el autoliderazgo.
Considerando los tiempos que como sociedad estamos viviendo, con una vida cada vez más tecnologizada, este escenario representa una poderosa oportunidad para que el factor humano vuelva a cobrar relevancia, por lo que cabría preguntarse entonces:
¿Qué tipo de entrenamiento nos podría servir para desarrollarnos deportiva, personal y profesionalmente?
Personalmente, pienso que el Coaching es una herramienta muy apropiada para alcanzar este objetivo. Y para fundamentar esta idea comparto lo que, a través de mi experiencia, trabajando con deportistas y equipos deportivos y empresariales, he llegado a entender lo que significa una verdadera experiencia de este tipo.
Es un proceso de entrenamiento y aprendizaje, que consiste en crear las condiciones para despertar el talento y los recursos del deportista, buscando incrementar al máximo su rendimiento, eliminando sus interferencias internas y estimulando su crecimiento personal.
O como John Whitmore, uno de los mayores referentes y pioneros de esta industria lo define:
“El coaching se centra en las posibilidades del futuro, no en los errores del pasado. La persona desarrolla habilidades y conductas nuevas, pero no porque alguien se lo diga o se lo enseñe, sino porque lo descubre por sí mismo, en su interior, estimulado por el proceso de coaching.”
Entonces, ¿por qué podría ser relevante una experiencia de coaching?
Fundamentalmente, porque se trata de un entrenamiento holístico, ya que bien direccionado, podría integrar las cuatro dimensiones de la persona: cuerpo, mente, corazón y espíritu, las que, de acuerdo con Stephen Covey, autoridad mundial en el área del desarrollo humano y el liderazgo, corresponden a las cuatro inteligencias que todos como don de nacimiento poseemos: la inteligencia física, la inteligencia mental, la inteligencia emocional y la inteligencia espiritual.
La inteligencia física, es la que nos resulta más evidente de momento que estamos hablando de una actividad deportiva como lo es el pádel, donde las habilidades motrices y coordinativas ocupan un lugar muy importante.
La inteligencia mental, que es nuestra capacidad de analizar, usar el lenguaje, visualizar y comprender, donde también se lleva a cabo el verdadero “juego interior”, protagonizado principalmente por creencias, obstáculos y diálogos internos.
La inteligencia emocional, entendida como el conocimiento de uno mismo, la autoconciencia, la sensibilidad social, la empatía y la capacidad de comunicarnos y relacionarnos efectivamente con los demás.
La inteligencia espiritual, que es la más importante de todas porque se convierte en la fuente de orientación para las otras tres, representando nuestra voluntad de sentido y de conexión con algo superior a nuestro ego: con nuestra propia alma. Es la que nos permite soñar y esforzarnos. En esencia, es la inteligencia que nos hace humanos.
En conclusión, pienso que debemos sentirnos privilegiados y agradecidos los que de una u otra manera estamos vinculados a la actividad física y en este caso puntual al pádel, puesto que el deporte nos regala una oportunidad inmejorable para jugar el partido más trascendente y desafiante que pudiéramos tener: el hacer del crecimiento personal nuestro mayor propósito de vida.