Yo nací, crecí y siempre viví en el mismo país: Alemania. Hasta el edad de veintitres, quando me pregunté, si no hay otra manera de vivir, otra cultura para conocer, otro país para vivir.
Como Estudiante de los Ciencias Forestales, quería ver y aprender sobre un Paisaje nuevo, pero por supuesto con Arboles. Entonces apliqué por un intercambio universitario a Concepción en Chile, el País más largo del mundo, con viaros zonas climáticas. Desde el desierto en el norte hasta los bosques en el Patagonia, pensé, hay mucho que descubrir para mi.

Este intercambio que es un sueño que tenia por varios años, que me hice salir de Europa por primera vez, aprender un idioma nuevo y ver a mi país desde una vista no conocido. Y como hay un espacio de cuatro meses entre el fin del semestre alemán en Octubre y el principio del semestre chileno en Marzo, empezó mi viaje por Suramérica.
Hasta este Momento, ya estaba en Colombia, después Bolivia y hace 3 días, cruzé la frontera desde Argentina. Tres países muy distintos en Paisaje y cultura. Disfruté fiestas sin fin en Colombia, estaba impresionada del áspero paisaje boliviano y en un mes en Argentina, comí más carne que en toda mi vida antes. En mi viaje desde el norte al sur, siempre con destino a Chile, caminé por selvas, montaña de cinco mil metros de altura, desierto, pasto y Metrópolis. Estaba mojado por la lluvia, quemado por el sol y sufrí de altura. En la Selva colombiana se descomponía mi cinta de sombrero, en Bolivia casi perdí todo mi Equipaje y en Argentina el viento llevé mi carpa. Todo eso es parte de la experiencia y lo disfruté.
Pero ahora, como estoy en Pucón, cual “símbolo”, el vulcano Villarrica todavía no pude ver por los nubes, quiero contar la historia, como llegé hasta acá:
Estamos en una gasolinera en San Martin de los Andes, Argentina. Con mis últimos Pesos compro un agua, preparándome para viajar a Chile a dedo hoy. Lo hice muchos vezes, en Europa igual que en Latinoamérica.
Espero media hora, y un Mercedes con dos hombres para, ellos viven en Pucón, que coincidencia. Ellos me dicen que la rueda detrás no tiene aire, eso no debe ser problema. Pero los dos gasolineras en el pueblo tienen maquinas rotos, entonces buscamos un servicio de llantas, un taller de autos, algo. Pero es Domingo, entonces todo está cerrado.

Lo que no está cerrado, es un alquiler de bicicletas. Entonces ponemos aire con un bombín de bicicletas, alternamos porque toma tiempo y energía. Tres hombres enflatando la rueda de un Mercedes con una herramienta tan pequeño, estamos riendo, porque se ve muy absurdo, pero al final podemos ir más allá.
Tenemos una charla muy larga sobre los países de Europa y América, hacemos bromas y reimos mucho. Al tomar el almuerzo, me ofrece uno que podría quedar en su casa por unos días, para mi una oferta grande. No nos conocemos por más que unas horas, y me dice que su casa será mi casa. Algo que en todos años a dedo, ni en Europa, ni en otro país de América me pasó. Y ahora estoy en su comedor, escribiendo esa historia. Hay que decir, que nunca se sabe que va a pasar quando se sube a un Auto viajando a dedo. Pero eso por cierto no esperaba.
En este día se profundó algo que aprendí en mi viaje, que acá en Latinoamérica tal vez no siempre todo funciona perfecto, pero al final va a funcionar por la ayuda generosa de la gente.
Y así yo termino mi viaje, listo para empezar mi intercambio, con un sentido de ser muy bienvenido. Y si yo puedo traer una cosa conmigo después del intercambio, sea la hospitalidad de los Chilenos.