Por: María Graciela Carrillo, Abogada, Coach Sistémico Estratégico,
Locutora, Perito Judicial como Investigadora Ley Karín, Escritora y Socia Corporación Mujeres Lideres de la Araucania.
Desde que fui elegida una de las 100 Mujeres Líderes de La Araucanía, he tratado de construir liderazgo con personas que no tienen conocimientos en procesos disciplinarios y Ley Karin 21.643, y así cumplir con ” la capacidad de influir y guiar a un grupo de personas
hacia un objetivo común”. Lo anterior significa dejar de lado egos, para dar paso a contribuir para que los demás, alcancen sus objetivos y el liderazgo se multiplique. En nuestra comuna existen hombres y mujeres líderes, quienes ensimismados en sus innovaciones artísticas, artesanales, tecnológicas o con fines educacionales (entre otros) no son visibilizados para ser lo suficientemente valorados. Existen corporaciones, diarios digitales (como El Trancura), redes siciales, canales de televisión como (Pucón TV) que están dispuestos a visibilizar liderazgos positivos, haciendo brillar a personas que requieren de la ayuda necesaria para caminar y luego correr de la mano de muchos más. Invito a todas aquellas personas que se rompieron en el andar a realizar internamente la técnica japonesa del *kintsugi*, consistente en bañar con oro nuestras cicatrices y así brillar más que nunca.
Potenciar a líderes en nuestra comuna es responsabilidad de todos. Por lo que a mí respecta, quiero acercar a mujeres a la Corporación que me distinguió hace 3 años y que este 2 de diciembre tendré el honor de conducir como maestra de ceremonia, donde visibilizaremos a 100 Mujeres Líderes de La Araucanía, esperando que el próximo año tengamos una participación altísima de mujeres representantes de nuestro querido Pucon.
Hago también el llamado a los hombres que tienen vocación de líderes a que busquen visibilizacion para aportar y ser con orgullo ejemplo para los jóvenes de nuestra zona lacustre.Ser líder significa poseer un gran don, pero implica una gran responsabilidad que debemos asumir con valentía, porque somos espejos para nuestros niños y jóvenes y depende de nosotros “hombres y mujeres” el reflejo que queremos proyectar.
