En la mañana del pasado viernes 9 de agosto las locatarias de la conocida feria Newen Mapu se encontraron de sorpresa con funcionarios municipales que fueron envíados por el departamento jurídico a desmontar alrededor de 6 de los puestos montados en el lugar que habrían sido entregados por las trabajadoras. Para las locatarias que aún buscan permanecer en el lugar esta es una acción de amedrentamiento de parte del municipio para acelerar la desocupación total del lugar, mientras que por parte de la municipalidad aseguran que solo buscan optimizar los tiempos de los funcionarios que deben ejecutar esta acción y evitar el mal uso de esos espacios. De cualquier forma, al día de hoy parece inevitable el avance hasta la desocupación total del espacio que hasta hoy está siendo utilizado por estas mujeres que esperan mantenerlo para poder seguir trabajando a falta de una solución alternativa que al parecer no existirá.
Pese a que son varias las acciones judiciales que se encuentran en relación al uso de este espacio, incluyendo un recurso de protección gestionado por el abogado de las trabajadoras, el desarme tiene la justificación legal de que son puestos que ya han sido entregados por quienes los ocupaban pero las locatarias que permanecen no entienden porque van a sacar unos pocos puestos pudiendo esperar a que se termine el recurso de protección y en caso de ser negativo para ellas se podría desarmar todo de una vez. La preocupación también es que con esto se va a ver más deteriorada la imágen del lugar que ya tiene bastantes problemas en su mantención según nos comenta una de las trabajadoras que prefirió permanecer anónima: “Eso nos afecta porque si el lugar está horrible, los pisos están totalmente deteriorados. Cuando llueve se pasa el agua como una cascada, porque esa es la realidad. Para nosotros nos afecta un montón ahora el poco tiempo que vamos a estar acá ya sea octubre, diciembre o marzo. Eso es lo que más nos afecta que esto va a quedar muy muy horrible”.

La justificación del municipio es la optimización del tiempo de los funcionarios que tienen que cumplir la labor de retirar los elementos del lugar, además de evitar el mal uso de los puestos ya que, según nos indican, algunas personas se habrían tomado estos lugares vacíos.
Las locatarias entienden que están en un proceso judicial que se tiene que resolver de un momento a otro, pero esperan al menos poder pasar un verano más trabajando en el lugar: “Nos hubiese gustado pasar esta temporada acá porque la temporada pasada fue muy mala para todo el mundo. Más para nosotras que vendemos poco. Nos habría gustado pasar esta temporada, pero si a nosotros nos envían una orden de desalojo que corresponda obviamente nos tenemos que retirar, pero en forma pacífica y esto lo encontramos que es una prepotencia”.
Si bien las locatarias mantienen un litigio con el municipio y están amparadas bajo un recurso de protección este está ejecutado por cada trabajadora de manera individual y no como la feria en su conjunto por lo que en términos legales la municipalidad no estaría impedida de ejecutar esta acción. Sin embargo, de parte de otra de las mujeres que trabajan en el lugar esto no estaría hecho de forma correcta: “No llegaron con ningún papel, porque se les preguntó y dijeron que los había mandado jurídico a hacer eso. Lo que nos dice nuestro abogado es que eso lo hacen para amedrentarnos como siempre lo han hecho. Siempre actúa de esa manera la municipalidad con nosotros”.
Algunas de las trabajadoras reconocen la deuda de arriendo que mantienen, pero se justifican ante, según ellas, la falta de mantención del lugar que se encuentra evidentemente en mal estado, además del alza en cuatro veces de lo que pagaban originalmente por el arriendo del lugar. De parte del municipio indican que ellos han realizado una serie de arreglos en el lugar como la mejora de la iluminación y la construcción de la estructura de los locales, entre otros. Un punto que remarcan de parte de las locatarias de la feria es la aprobación de parte del concejo municipal de una cantidad importante de recursos para la mejora del piso del espacio, acción que, según nos dice, nunca se ejecutó. Consultados por esto, desde la municipalidad dijeron no estar al tanto de esa gestión.
De cualquier forma, las locatarias, pese a los esfuerzos que realizan por mantenerse en el recinto ven cada vez más cerca el día en que tendrán que desalojar y algunas plantean que ven como un muro que se les acerca cada vez más y ante el cual no tienen respuesta. Esperan que desde el municipio puedan ofrecerles una alternativa donde poder seguir dedicándose a lo que han hecho, para muchas, prácticamente toda su vida: “Lo más que podría hacer la municipalidad es buscarnos un lugar donde trasladarnos y seguir trabajando. Nosotros no nos queremos adueñar de lo que no es de nosotros. Nosotros queremos la dignidad del trabajo y el derecho al trabajo. Poder seguir trabajando y si nos dijera acá ustedes van. Allá nosotros amaríamos”. Desde el ente público señalan que no es responsabilidad de ellos hacerse cargo de encontrarles una solución. Eso sí apuntan que aún pueden postular a los programas municipales como los de mujeres emprendedoras entre otros.
Sin un plan alternativo para ellas y con el día en que tendrán que desalojar completamente el lugar en el que trabajan ahora. Las locatarias de la feria Newen Mapu se enfrentan ante el problema de cómo podrán seguir realizando la labor que han realizado durante todos estos años. El futuro se les vuelve incierto sin ningún lugar disponible para ellas.